Hay una cierta incomodidad entendible con el tema del pecado. Parte del problema es el mal uso de la palabra. No es la intención de Dios usar la palabra para insultar a una persona sino para llamar su atención a algo mucho más profundo. En la Biblia no se usa para dividir la gente religiosa de los demás “pecadores.” De hecho, en la Biblia vemos varios ejemplos de personas religiosas que son puestos en la misma categoria que un adúltero, ladrón, asesino, etc (Juan 3-4.42). La verdad es que ninguna persona puede evitar el título de “pecador ...”